viernes, 25 de enero de 2013

Día 9


Hum...

Cuál es el sentido por el que hacemos las cosas? Todo lo que hacemos, lo hacemos porque nos aporta algo? Y si es así, porqué seguimos haciendo aquellas cosas que no nos aportan nada? Y porqué no hacemos las que sí nos aportan algo? Estamos con personas que realmente nos importan? Comemos aquello que realmente nos gusta? Leemos lo que nos apetece? En resumen, hacemos con nuestra vida lo que realmente deseamos? Recuerdo un libro en el que Dios, vestido de rockero, visita a la protagonista y se pone a analizar con ella prenda por prenda las que tiene en su armario. Se trata de un armario enorme y lleno de ropa, del cuál, le va preguntando qué prendas son las que realmente disfruta llevando. Y va dejando en un montón aquellas prendas que ella es incapaz de deshacerse de ellas porque le traen recuerdos de viejos amores, o que fueron caras de comprar pero que, tanto unas como las otras, ya no las usa y se niega a tirar. Al final, guardando solamente las prendas que realmente le hacen sentir bien, el armario queda prácticamente vacío. De lo que, el libro, saca dos ideas: por un lado, deshacerse de todo aquello que no te aporta nada; y, por otro, dejar espacio a prendas nuevas...

Hoy, en el dentista, he pasado un momento incómodo. Me hacía daño con el cablecito ese que tiene una fresa en la punta que te va limando los dientes a la vez que te tira agua. -”vas a tener que aguantar”- me decía la higienista mientras yo sudaba tumbado con la boca abierta. -”¿Cuánto tiempo llevo aguantando?”- me he preguntado. Y he pensado que estar en una consulta de un dentista aguantando aquello, era un paseo al lado de las cosas que he hecho en esta vida. De hecho, al final, hemos hecho en una mañana lo que, según ella, me debería haber hecho en dos días. Es fácil esforzarse; es fácil “aguantar” cuando sabes que es necesario; o que, simplemente, es importante.

Con los entrenamientos, ocurre lo mismo. Hay días difíciles; días en que, sencillamente, me marcharía a casa; ya que es una opción que todos los días tengo disponible. Días en que entiendes las cosas, trabajas, sudas, te esfuerzas, y te acuestas con una sonrisa. Y días en que, por más que pelees, no terminas de ver la luz que debería estar alumbrando el camino que estás recorriendo. Pero todas las sensaciones, en su conjunto, forman parte de esta historia. Y tan injusto sería decir, cuando todo va bien, que la vida del deportista es hermosa; como decir, cuando las cosas no salen, que es una mierda. A veces, os hablo de la vida como un cuadro. Y en todo cuadro hay matices amarillos, verdes y rojos. Pero también hay grises, marrones y negros. Y todos, que de forma individual no forman ningún cuadro, se entremezclan entre sí para dar lugar a la imagen final.

Bien, como veis, hoy ando un poco filosófico. Estos días, al dormir con más capas, una manta más, me está costando extender las piernas y moverme bajo el peso de la ropa de cama. Esto hace que no termine de estar animado, porque me doy cuenta de que he perdido un poco de fuerza en los cuádriceps; y necesito un tiempo para acostumbrarme, asumirlo, y ver cómo resolverlo. Parece que lo voy consiguiendo; pero reconozco que, cualquier otro tema, cobra ahora más importancia de la debida al sentirme más sensible. Afortunadamente, el ejercicio de la tarde ha servido de vía de escape. Ya no por el machaque, que no es tal, sino porque te obliga a estar centrado en él y te mantiene con la cabeza ocupada. Tocaba sesión con “pedi”. Así que hemos visto otro episodio de Moderm Family. Las preguntas del principio, están inspiradas en el episodio de hoy; en que, Gloria, esconde en una maleta un viejo muñeco que le trae malos recuerdos por una obra de teatro que no pudo hacer en su día. La situación era clara: o haces la obra de teatro, o tiras el muñeco. Pero es absurdo guardarlo a él, y a los malos recuerdos. Por otro lado, Phil se da una vuelta en una Harley porque es lo que todos esperan de él, a pesar de lo acojonado que está. Y hasta que no se cae, no se da cuenta que no debe hacer las cosas simplemente porque sea lo que los demás esperan que haga.

Y poco más. Disfrutemos de cada día que vivimos. Es así de sencillo. Yo, mañana, me comeré una tortilla de patata. Es lo que me apetece.

Besos a todos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario