jueves, 3 de noviembre de 2011

Día de descanso

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? El mío, aunque ha empezado siendo un poco aburrido, ha terminado con buenas sensaciones. Y es que, si uno se lo propone, se puede encontrar el gusto en las pequeñas cosas por más breves e insignificantes que éstas sean.

Esta mañana, tras el desayuno, he estado con el fisio, charlando mientras me manipulaba y movilizaba un poco. Vamos a ver si, en la medida de lo posible, me coge el mayor número de días a la semana aunque sea en sesiones de menos minutos. Después, y tras conversar brevemente con mi entrenadora, he subido a la habitación dispuesto a descansar del viaje y la competición. Competición que, si no fuese por la gente que me sigue felicitando, la recordaría ya lejana... como una etapa más de un camino que sigo recorriendo. Pero no se trataba de dormir o tumbarme; sino de, simplemente, estar tranquilo.

En el aeropuerto de Oslo, tomé la decisión, como quien se acaba de comer las uvas de fin de año, de ir a Londres, como mínimo, con un inglés mediocre; ya que ahora, mi nivel de inglés es propio de un piel roja. Y con esa decisión, me metí en una librería dispuesto a comprar un libro en inglés que fuese ameno o interesante. Afortunadamente, entre los millones de libros que hay escritos en el mundo, en la librería del aeropuerto tenían mi libro favorito: “La quinta montaña” de Paulo Coelho. Así que ya no miré más y lo compré. Es un libro que trata de la actitud que hay que tener ante las cosas de la vida que son inevitables; y cómo, en mitad de toda circunstancia, se puede seguir construyendo uno mismo. Me encanta... Y bueno, esa ha sido la actividad principal de esta mañana: leer.

Por la tarde, he tenido hora en la peluquería del centro y me he cortado el pelo. Había olvidado el tacto de un peine y unas tijeras recortando los caracolillos que se forman sobre las orejas, la navaja perfilando las patillas... cerraba los ojos y notaba el frío del agua empapando el pelo... como os decía, algo sencillo pero que me ha gustado sentir. No es que haya salido de la pelu pensando que soy guapo; pero reconozco que estas cosas, el cuidarse un poco, hacen que uno se sienta mejor consigo mismo.

Y poco más en lo que a mí acontece. Hace aire, frío y llueve a intervalos; así que no apetece salir a pasear. En cuanto al centro, os cuento que la gente anda intrigada. Allá por abril, os contaba que el centro tenía previsto construir una vivienda domótica en el laboratorio, donde los residentes podrían ir poniendo a prueba diferentes instalaciones y electrodomésticos para desarrollar aparatos realmente adaptados a las necesidades de personas con discapacidad. Pues bien, ya han comenzado las obras, a puerta cerrada, y todos se preguntan qué estarán haciendo “al otro lado”. También comenzó la semana pasada la fase de vacunación voluntaria contra la gripe. Y hay posturas para todos los gustos. Desde los que han ido corriendo, a los que defienden que el año pasado no se pusieron malos sin vacunarse, pasando por los que opinan que, si todos se vacunan, ellos no tienen que hacerlo porque nadie se lo va a contagiar... en fin, locuras para todos los gustos.

Ah!, el domingo fue mi cumpleaños, y hoy ha venido un usuario del centro de día, y me ha felicitado el año nuevo. A su juicio, el año comienza en el nacimiento de cada uno. Tiene su lógica loca... jajaja!

Y aquí termina el día de hoy. Espero encontraros mañana por aquí. Besos a todos!

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