domingo, 7 de agosto de 2011

Día 295

Hum...

Mis queridos amigos, hoy, a diferencia del resto de días, no os escribo desde mi habitación, sino desde un parque, donde estoy en compañía de mi tablet. Hace días que no os escribo más de tres o cuatro líneas; y es que iba tan de culo, que escribir era algo que me apetecía más bien poco al terminar el día. No es que ahora vaya más relajado; sino que he decidido tomarme las cosas con un poco más de calma. Y, simplemente, si no hay más tiempo, no pasa nada. Queda una semana para que lleguen los miembros de la selección al centro, y semana y media para irnos a Belfast. Esta semana os mandaré el enlace a la web oficial de la competición. Por cierto que, el domingo que viene, día 14 a las 11 de la mañana, saldrá el reportaje del Cto de España de boccia en el programa paralímpicos de teledeporte. En este tiempo que queda, apenas 10 días, intentaré comportarme con los hábitos de comida y sueño que tendré que llevar allí. Ya sé que no vamos a comer muy bien; así que voy elaborando un menú para cada día para complementar las carencias que allí se puedan dar.

Bien, respecto a la estancia en el CRE, contaros que he disfrutado mucho estos días con las actividades de la semana deportiva. Excepto el miércoles que fue mi día libre, he estado combinando mis entrenes con otros deportes. He disfrutado mucho volviendo a jugar a tenis de mesa después de tantos años. Para los que no lo sabéis, fue el primer deporte que practiqué, durante tres años. Aparte de eso, y un poco de Slalom, el aerobic en sesión multitudinaria ha sido el otro evento de la semana en que participé el pasado viernes.

Ya os lo ponía en otro día; lo importante de estos días, no era ganar las competiciones, sino jugar con la gente y entre residentes y profesionales del centro. Ha sido muy interesante. Creo que es loable el trabajo que han hecho las personas que se han encargado de que todo saliese bien, y que, pocos somos conscientes del detalle, se han pasado todos los días mas de doce horas en el centro currando para que nada fallase. Un día llovió y tuvieron un plan B para la ocasión.

Hoy me he despedido de El Maestro, que se marcha de vacaciones hasta septiembre, y que, como será cuando esté yo descansando, no nos veremos hasta octubre. Le voy a echar de menos, pues es alguien entrañable a quien he cogido mucho cariño. En cambio, hoy he visto de nuevo caras que hacía tiempo que no veía; entre ellas, la del siempre romántico Carmelo. Me contaba que ha estado fuera pero que, a pesar de sus vacaciones, que le han tenido ausente, no ha podido ver a su princesa. Y me contaba que para él, eso es bueno porque enriquece la pareja al tener luego más cosas que compartir con ella cuando se juntan. Me contaba que cada uno de ellos, por sus circunstancias de residencia o trabajo, van haciendo caminos que en ocasiones son diferentes; pero caminos que de vez en cuando les permiten volver a juntarse. Y él le cuenta cómo ha sido la senda recorrida y ella hace lo mismo. Es curioso cómo este hombre, a pesar de la distancia, continúa manteniendo un sentimiento de amor hacia una persona que apenas ve. No se lo he preguntado; pero imagino que es así porque se le sigue viendo tan feliz como el día en que le conocí. Debe de seguir sintiéndose completo...

Bien, hoy, me gustaría terminar con una reflexión que House dice en un episodio y que me gusta mucho:

“En el cuento del pastor que engañaba al resto de pastores asustándolos diciendo que venía el lobo, y que al final, cuando vino el lobo nadie le creyó, y se quedó sin ovejas, la verdadera moraleja no es que si engañas a los pastores, éstos terminan por no creerte cuando dices la verdad. La verdadera moraleja, es que, antes o después, el lobo viene.”

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