miércoles, 22 de febrero de 2012

...189...

Hum...

Hola a todos! Cómo ha ido el día? Espero que tan cálido y tan caluroso como el mío. Este tiempo está loco, loco... pero se está tan bien... jajaja!

Bien, os cuento que esta mañana me he ido a montar a caballo. Me he llevado la agradable sorpresa de que Balú ya estaba restablecido y con ganas de dar un paseo. Me he acercado a saludarlo, a darle unos mimos, y enseguida me ha acercado el morro a la cara, porque ya sabe quién soy... jejeje! Y bueno, como se trata de ir dándole una vuelta a la tuerca cada vez que monto, hoy tocaba llevar ya al caballo de las riendas, y que no fuese el monitor el que lo llevase cogido. Así que nada, a tirar de las riendas para parar, darle con los tacones para arrancar, tirar de la rienda derecha si querías ir a la derecha y lo propio con la izquierda. Hemos ido por las calles del pueblo, como si fuésemos un coche más, haciendo stop en los pasos de peatones, rodeando rotondas... y hemos subido y bajado algún bordillo que otro. Ha sido muy divertido! Aunque reconozco que, entre apretar las piernas para mantener la postura y tirar de las riendas, uno acaba algo cansado. Lo malo, es que si te cansas y no tiras de las riendas, el caballo va por donde le da la gana... jajaja! Era un coche sin control, jajaja!




Y nada, de allí, a comer. Y tras comer, al grupo Zen.

Hoy ha sido muy interesante. Tras la meditación inicial, que siempre es la misma, para ver cómo está nuestro cuerpo y nuestra mente, hemos hecho un pequeño ejercicio para trabajar y aumentar poco a poco la concentración. El profesor me ha hecho un guiño por lo bien que me irá en las competiciones. Se trataba, durante tres minutos, de centrarse en la respiración. Inspirar – expirar y contar 1. otra vez, 2... y así hasta 10. pero, si se te iba la mente a otra cosa, tenías que volver a empezar. Lo importante, nos decía, no es llegar a 10; sino ser constante en volver a empezar cada vez que te distraes. Eran 3 inofensivos minutos; y ninguno hemos sido capaces de llegar a 10. hemos descansado 1 minuto y lo hemos vuelto a intentar. Es increíble lo que cuesta detener la mente por un espacio de tiempo tan corto. Con la práctica, nos decía, llegaremos muy lejos.

Y poco más. Hoy es miércoles de ceniza, inicio de la cuaresma cristiana. Y, seamos católicos o no, es una buena invitación a detenerse un momento y reflexionar sobre el sentido de ésta. Ya no a nivel religioso; sino como un trabajo personal de esfuerzo y autoconocimiento. No se trata de ayunar ni de caminar por un desierto; sino de identificar las actitudes que nos hacen salir del buen camino, sea el que sea. Decía San Pablo, en una de sus cartas, que libramos El Buen Combate todos los días, contra la tentación de desfallecer, de ser egoístas y cómodos, y de dejar de esforzarnos. La Cuaresma, es un buen momento para escucharse a uno mismo, y descubrir lo que somos capaces de alcanzar... salir reforzados de ella, creyendo en nosotros mismos, es el símil de llegar a un Domingo de Ramos. Después, ya vendrán otros a juzgarnos... jajaja!!!

Besos a todos!!

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